Es muy común en Ciudad del Este encontrar niños y adultos que viven en las calles. Trabajan… piden… comen… y duermen…. en las calles.
Conviviendo con esta realidad, una pareja que participa en la misión se sintió motivada a ayudar y nos invitaron a mi y a mi esposa, para una campaña de donación de ropas. Ellos compraron ropas usadas, que después de lavadas y seleccionadas estaban listas para ser entregadas.
Como estaban haciendo unos días de bastante frio, hemos decido comprar yerba, leche, galletas y coquitos para preparar un “cocido” y ofrecer también algo de alimento. Aprovechamos la oportunidad para preparar folletos evangélisticos.
En la noche del 2 de julio del corriente, nos juntamos con una pareja más de amigos, en una casa, para los preparativos.
Todos ayudaron, también los niños daban su apoyo en el trabajo e incluso nos acompañaron en la entrega.
Después de acomodar la ropa y de preparar el cocido salimos por las calles de Ciudad del Este en 2 camionetas y un auto.
Pasamos primeramente por la Terminal de ómnibus en dónde había varios chicos. También allí hay dos asentamientos de indígenas.
En ese lugar hicimos la entrega de las galletas, del cocido y de las ropas, como también de los folletos, a todos que se acercaban. Estaban muy contentos y agradecidos por lo que recibieron.
Después pasamos por la parte conocida como “zona roja” por causa de la prostitución, también allí había chichos que recibieron las ropas y quedaron muy contentos con un abrigo más.
Y en el camino de regreso entregábamos lo que quedaba de la ropa y del cocido a algunos chichos más.
Transcribo parte de lo que decía en los folletos entregados:
¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor! (Ro. 8.35, 39)
Dijo Jesús: Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. 13El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. (Jn 15.12-13)
Quiera Dios que siempre tengamos los dones para poder ayudar a aquel que tiene menos que nosotros.
A Dios se la honra y la Gloria ahora por todo siempre.
Misionero de Ciudad del Este
Participaron de este proyecto:
Derlis, Simone, Lena y Aarón
Nelson, Liz, Shalom y Amarys
Laercio, Andrea, Tais y Dinael